A los 13 años la mayoría de niñas y niños quieren ser Messi o Beyoncé, ambos con indudable talento y un demoledor golpe de cadera para triunfar en lo suyo. A los 13 años uno se levanta por la mañana con ganas de jugar al escondite o disfrazarse de pirata, y por la tarde cambia de opinión para decidir que lo mejor del mundo es un tatuaje y fugarse de casa con un colega. Pura confusión. Revoltijo hormonal. Adolescencia. A los 13 años Shubham Banerjee recibió 20 millones de dólares de Intel para invertir en su invento: una impresora en lenguaje braille hecha con piezas de Lego y software libre que descargó en Internet. Una gran idea para ayudar a las personas invidentes que no pueden financiarse las impresoras de este tipo que ya existen en el mercado (las más económicas superan los 2.000 euros). Banerjee inició el proyecto con 12 años después de ver a la salida de su escuela un grupo de voluntarios recogiendo fondos para ayudar a personas invidentes: “tenía mucha curiosidad acerca de cómo podía leer esta gente. Así que cuando llegué a casa pregunté a mis padres y ellos respondieron 'búscalo en Google'. Encontré información sobre las impresoras en Braille y me pareció que su precio era demasiado elevado. Eso me animó a construir yo mismo una impresora de bajo coste”. Cualquier otro chaval de su edad habría participado en aquella colecta con las monedas que le sobraban del desayuno, Shubham invirtió unos cuantos cientos de dólares de su paga semanal y ahora, cuando todavía le quedan unos años para alcanzar la mayoría de edad, figura como fundador de una empresa, BraigoLabs, que preside su madre.
Desde el comienzo de su proyecto Banerjee mostró a través de vídeos en YouTube todo el proceso de construcción de su impresora y liberó el código que él mismo creó para que cualquiera pueda construir su propio modelo. Se trata de un ejemplo prefecto de la nueva cultura digital: conocimiento compartido y DIY (do it yourself), una forma de abaratar costes y permitir que la tecnología llegue a personas y países con pocos recursos. La página web de BraigoLabs asegura que se trata de una compañía tecnológica “humanamente optimizada” que busca hacer la vida de las personas “más fácil”. La capacidad y generosidad de Shubham Banerjee vaticinan que le hemos conocido gracias a su invento, pero que no será la última vez que su nombre salte a las noticias porque, como publicó el Financial Times para describirle, “jóvenes como él son los que marcan la diferencia”.
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